El otoño me tiene ocupada con tanto color, tardecitas que dan para un pullover, para tejer, para leer, para tomar mucho té y cocinar mucha sopa. Si, yo tomo sopa.
La odié con tesón toda mi niñez. Tanta agua con cosa flotando. Y eran ricas las sopas de mi madre. Pero no. Iban en contra de mi religión. Ahora, con éstos fríos holandeses, parece que he finalmente comprendido las ventajas intrínsecas a una buena sopa: te calienta por dentro.
Culinariamente soy una autodidacta (como en todo, bah) basicamente porque mi madre y mi abuela eran dueñas de su cocina y nunca tuvimos foto perfecta de propaganda donde generaciones de mujeres cocinabamos juntas. No. De hecho, hoy en día me pasa lo mismo con mis hijos “Vuelen de la cocina que todos no entramos! Me despelotan todo! Te quemaaas!”. Claro que he intentado (vodka mediante) hacer galletas, pan, postres y omelets con los hijos. Siempre empezamos con mucho entusiasmo y amor al prójimo y a mitad de la receta pierden interés, se van… y quedo yo con el quilombo en la cocina.
Disgreción. Volviendo al tema de hoy… el otoño y las sopas. El otoño es para mi la estación mas bella. La luz, los colores rojizos. Las cosechas de todo. La abundancia de todo antes de empezar los meses de invierno que en Holanda son eternos y grises. Muy grises.
Las manzanas! Encontré un lugar que vende su propia cosecha (complotando contra la exportación argentina) y son enoooormes. Me hicieron acordar a cuando eramos chicos y yendo a Bariloche -creo- parabamos por la ruta y comprabamos manzanas en alguno de todos los pueblos manzaneros que hay. Asi, al costado de la ruta. Medio kilo por manzana pesaban. Jugosas. Asi que te chorrea el jugo por la pera y te queda todo pegajoso. Esas eran las manzanas de mi infancia… asi tambien las que encontré en esta chacrita aca en Holanda el otro día. Quedé con la bolsa a medio llenar sollozando frente a la cosecha nueva de jonagold (la manzana que mas se come por esta zona), llena de nostalgia por las manzanas rionegrinas de mi infancia.
Otra vedette otoñal, segun mi paladar, es el zapallo. Amole. De todo tipo y color. Amole. Confieso que estando embarazada de nuestro primogenito, empecé la huerta aca en casa porque tenía antojo de zapallo al horno. Y no había zapallo por ningun lado. Por aqui, los zapallos no son mas que esa cosa que se pone de adorno estacional al lado de la puerta de entrada hasta que lo agarre una helada y se pudra. Mas tarde encontré zapallos en las casas de decoración de jardínes. No en la verduleria. Yo se que soy heroína de multitudes verdes que sueñan con la huertita propia… pero ya es hora de que sepan que no fueron mas que mis hormonas las que me llevaron a empezar. Despues me fanaticé como con todo y le dí a la permacultura, compre gallinas, sembré flores que prometían mantener bichos alejados, hablé con abejas y lloré cuando me talaron un avellano.
Se me pasó un poco ahora.
Bien, sopa + zapallo. Hago una sopa de zapallo que es mundial!!! La sopa de cebolla, otra delicia (segun los franceses infalible contra la resaca). Y una sopa a la japonaise (invento mio nomas… ) de re chupete. Viviría a sopa. Me auto convenzo de su factor “mirabilis”* por la cantidad de verdura y líquido que uno consume de una. Tendría que existir la dieta de la sopa (seguro que existe pero mi ignorancia radica en no pertenecer al palo de la gente que vive a dieta).
Yo podría pasarles recetas aunque seguramente constarían dichas recetas de frases tipo: “poquitito de esto”, “puñadito de lo otro”, “… y masomenoooooosss”.
Como decía mi abuela “… y ponele un poquito”.
Un poquito cuanto Memé?
“ay nena… yo hago todo a ojo…. 10gramos”.
Cualquiera.
Sol, frío, siestitas (la utopía que conservo. Algun día mi campaña pro-siesta triunfará y los holandeses dormirán!), membrillos, tortas… pan casero. Mermeladas. Mi telar. Enamorada del otoño. Lástima que despues viene el invierno.
*”mirabilis” dicese maravilloso en latin. Soy asi. Muy culta.
04/10/2015 at 6:07 pm
Sos culta, divertida, creativa y muchas cosas más! por eso siempre disfruto de tus posts y obviamente de la charla “en vivo”.
Me encanta la sopa, también cocino sin mediciones exactas y disfruto experimentar con las recetas a mi antojo. Hasta ahora nadie se ha quejado y siguen viniendo a comer a mi casa, creo que es restaurant de la familia:)
Sigue disfrutando del otoño, mientras yo espero la primavera!
Besos!
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06/10/2015 at 3:19 pm
Te entretengo, no Betty? 🙂
Veo que la cocina sui generis de la sopa esta de lo mas permitida entonces. Si vuelven, por algo sera!
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04/10/2015 at 9:08 pm
Las manzanas son mis frutas preferidas, digo en plural por todas las variedades maravillosas que tiene. Pero me hiciste recordar a la Golden Jonathan, la más dulce de todas, que tuve la suerte de comer unas pocas veces durante mi adolescencia porque un amigo tenía un par de plantas en la chacra de su familia. En aquéllos tiempos ya no era una variedad comercial y no volví a comer más… No me digas que en Holanda se consigue?
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06/10/2015 at 3:18 pm
Hay… hay… en cantidades menores pero hay muchas variedades aca. Nada de las variedades de alla… se complementan! Recuerdo en mi primer viaje a Europa, de jovenzuela, que probe una manzana que tenia mas gusto a pera que a manzana. No entendía nada.
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04/10/2015 at 9:26 pm
Amo la sopa, vivo a sopa, no me importa la época del año, de noche, yo, sopa!! la sopa cura todo!!!! La mía este año es el caldo del puchero, que trasvaso y congelo y me dura una semana. El año pasado le di a la de calabaza sin tregua. Veremos el año que viene! besos!!!
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06/10/2015 at 3:17 pm
La sopa e lo mas mejorrr! aaaa puchero ves! como no se me ocurrió!
Vos dividis tu vida por la sopa con la que te fanatizas en ese momento… te acordas aquel año de la sopa de calabaza! 😛
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06/10/2015 at 11:38 am
Me agarraste con el chip del latín desconectado, venía leyendo sopas, y pensé que la mirabilis era una sopa digestiva jajajaja En China la sopa digestiva y que ayuda a limpiar el paladar para saborear mejor las comidas es la sopa de jengibre. Mi preferida es la sopa crema de calabaza, pero a veces sale sopa de verduras, con choclo, de esas que separás para un salpicón, aunque no he podido encontrar puchero o un buen ossobuco, con lo que me gusta comer el caracú. La sopa de cebolla está buena para los resfríos, mañana es el cumpleaños de Mr husband, así que haremos sopa de tomates que es su preferida. Viva la sopa!!!
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06/10/2015 at 3:15 pm
ajajaj sopas digestivas no tengo. Ves… necesito ahi una receta. El jengibre te salva la vida che… te “digestiona”?, te perfuma, te levanta la presion, te limpia de bichos… una maravisssha la raiz esa.
Sho viste siempre en latin. A los chicos solo en latin o nada ajajjaaaa
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